Cuando el trabajo quema: el calor extremo y la crisis climática que amenaza a millones de trabajadores
- saludpublicadigital
- 10 may 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 6 ago
La emergencia ya está aquí. Más del 70% de la fuerza laboral global enfrenta riesgos directos por el cambio climático. ¿Quién los protege?
Trabajar bajo el sol ya no es lo que era
Cada día, millones de personas se levantan para cumplir con su jornada laboral. Pero hoy, además de lidiar con las exigencias propias de sus empleos, enfrentan una amenaza silenciosa pero implacable: el calor extremo.
El aumento de las temperaturas, impulsado por el cambio climático, ha dejado de ser un fenómeno abstracto para convertirse en una realidad cotidiana, especialmente para quienes trabajan a cielo abierto. La exposición prolongada a la radiación solar, el calor intenso y la mala calidad del aire están afectando de forma directa la salud física y mental de la clase trabajadora.
¿Cómo llegamos a este punto?
En el año 2000, el 65% de la fuerza laboral mundial estaba expuesta a condiciones de calor extremo. Hoy, esa cifra supera el 70%, lo que significa que más de 2.400 millones de personas se ven forzadas a desempeñar sus tareas en condiciones cada vez más adversas.
Y lo peor: las proyecciones indican que esta cifra seguirá aumentando si no se toman medidas urgentes.
Riesgos reales, consecuencias graves
Los efectos del calor extremo en el cuerpo humano son múltiples y acumulativos. Hablamos de problemas cardiovasculares, respiratorios, enfermedades mentales… y sí, también cáncer.
19.000 muertes al año se deben al cáncer de piel no melanoma relacionado con la exposición a radiación ultravioleta en el lugar de trabajo.
Hasta 860.000 muertes anuales están vinculadas a la contaminación del aire en entornos laborales al aire libre.
El panorama es claro: el cambio climático está matando, y lo hace con mayor crueldad entre quienes no pueden refugiarse en oficinas climatizadas.
¿Quiénes están más expuestos?
Los trabajadores más vulnerables son, en muchos casos, los menos protegidos:
Personal de construcción
Trabajadores agrícolas
Pescadores
Conductores de transporte
Jardineros
Personal de salud pública
Y prácticamente cualquier persona que realice su labor bajo el sol o en exteriores, sin sombra ni resguardo térmico.
Pero incluso quienes no están en estos sectores corren riesgo. El cambio climático no discrimina.
Ya hay quienes están actuando... pero no basta
Algunos países han comenzado a implementar regulaciones para proteger a los trabajadores: acceso a sombra, pausas obligatorias, hidratación constante y equipos de protección. Son pasos importantes, pero insuficientes.
Necesitamos una respuesta global, coordinada y urgente. Porque el cambio climático ya no es un problema del “medio ambiente”. Es una crisis de salud pública que amenaza vidas humanas.
¿Qué se puede hacer ahora mismo?
Desde la salud pública y la prevención laboral, estas son algunas de las medidas que pueden marcar la diferencia:
Usar protección solar adecuada y reaplicarla cada cierto tiempo.
Evitar las horas de mayor radiación solar, especialmente entre las 11:00 y 16:00 horas.
Acceso constante a agua potable y fresca.
Ropa y equipos de protección adaptados al clima.
Pausas regulares a la sombra o en espacios climatizados.
Instalación de protecciones colectivas como toldos, estructuras móviles o áreas de descanso cubiertas.
Antes de que sea demasiado tarde
Las estimaciones más recientes son escalofriantes: entre 2030 y 2050, los efectos del cambio climático podrían causar hasta 250.000 muertes adicionales cada año.
Esta es una emergencia que no podemos ignorar. Desde Salud Pública Digital, hacemos un llamado a gobiernos, empleadores, sindicatos y organismos internacionales para proteger de forma efectiva a quienes están en la primera línea del cambio climático: los trabajadores.
Porque ningún trabajo vale una vida.
Y el momento de actuar es ahora.
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