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De ejemplo mundial en vacunación a catástrofe: México frente al regreso de enfermedades prevenibles

  • Foto del escritor: saludpublicadigital
    saludpublicadigital
  • 14 oct
  • 4 Min. de lectura

Un país que alguna vez lideró el mundo en vacunación hoy enfrenta su mayor crisis sanitaria en décadas. Brotes de sarampión, tos ferina y varicela exponen una realidad alarmante: la destrucción del programa nacional de inmunización y el riesgo creciente para toda una generación de niñas y niños.


De orgullo nacional a alerta sanitaria


¿Recuerdas cuando México era sinónimo de organización y éxito en vacunación?Durante años, el país fue un modelo a seguir: existía un sistema sólido, la cartilla de vacunación era obligatoria y contar con todas las dosis era requisito para inscribir a los niños en la escuela.


Ese compromiso conjunto entre gobierno y sociedad protegía a millones de personas. Pero hoy, ese sistema ejemplar se ha debilitado drásticamente. La falta de inversión, la relajación de políticas y la desinformación han creado un escenario preocupante: el regreso de enfermedades que creíamos superadas.



Los números que no mienten


El deterioro del programa de vacunación no es una percepción: los datos son contundentes.En las primeras semanas de 2025, los contagios de varicela aumentaron seis veces respecto al mismo periodo de 2021, pasando de 4,900 a 28,180 casos.


En 2022, solo el 26.6% de los niños menores de dos años tenía su esquema de vacunación completo.Y en 2024, más de 341,000 niños no recibieron ninguna vacuna.


En el lenguaje de salud pública, estos pequeños se conocen como “niños cero dosis”. Usualmente, se registran en zonas en guerra o países con pobreza extrema… pero ahora, México —la duodécima economía del mundo— concentra el 25% de todos los niños sin vacunar de América Latina y el Caribe, y el 2.4% del total global.


Una cifra que la Organización Mundial de la Salud y UNICEF califican como “una bomba de tiempo”.

La caída sostenida de la cobertura


En 2024, ninguna de las 14 vacunas del esquema infantil alcanzó el 90% de cobertura recomendado por la OMS.Los porcentajes varían desde el 63% para la hepatitis B al nacer hasta el 89% para la vacuna BCG contra la tuberculosis.


La situación más preocupante es la de la vacuna DTP, que protege contra difteria, tétanos y tos ferina. Su cobertura cayó del 89% en 2023 al 83% en 2024, y la tercera dosis bajó al 78%.


Con estos niveles, México se suma al grupo de apenas nueve países en toda América que no alcanzan el 80% mínimo.Traducido: miles de niños están desprotegidos y expuestos a enfermedades potencialmente mortales.


Historias detrás de los números


Cada cifra es una historia.Cada punto porcentual perdido representa a niñas y niños vulnerables ante enfermedades prevenibles.


El resultado ya se está viendo: México enfrenta el peor brote de sarampión del último siglo. Esta enfermedad ultracontagiosa ha cobrado vidas y sigue extendiéndose debido a coberturas de vacunación insuficientes.


En 2023, solo el 76% de los niños recibió la primera dosis contra sarampión, y el 74% la segunda.Para 2024, la primera dosis subió levemente al 80%, pero la segunda cayó al 69%.


Los expertos son claros: estas cifras son la causa directa de los brotes actuales. Y en un mundo tan conectado, basta que llegue una persona infectada del extranjero para propagar el virus en comunidades sin inmunidad de rebaño.


Del liderazgo al abandono


Hasta 2017, México mantenía 12 de sus 14 vacunas por encima del 90% de cobertura.Éramos líderes regionales, ejemplo de política pública eficiente y preventiva.


Pero en 2019 comenzó la caída.Por primera vez en dos décadas, todos los esquemas estuvieron por debajo de la meta.


Aunque la pandemia de COVID-19 afectó las campañas de vacunación, el problema principal fue otro: la falta de planeación y la pérdida de prioridad política. El presupuesto se redujo, las compras de vacunas se estancaron y se apostó erróneamente a la idea de una autosuficiencia nacional que nunca llegó.


El resultado: desabasto, desorganización y un sistema de salud pública debilitado.


Efectos acumulados, consecuencias graves


El impacto de una baja vacunación no es inmediato, y eso la hace aún más peligrosa.Los brotes surgen años después, cuando las coberturas ya no logran sostener la inmunidad colectiva.


Ahora, el país enfrenta una tarea doblemente difícil:

  • Vacunar a los niños que quedaron fuera del sistema.

  • Proteger a las nuevas generaciones.


Los especialistas advierten que era mucho más sencillo mantener altas coberturas que intentar ahora recuperar el terreno perdido.


La solución es clara: más inversión, planeación estratégica y voluntad política.

Recuperar lo perdido: la inmunidad es tarea de todos


A pesar del panorama, aún hay esperanza. Cada dosis aplicada es una vida protegida, una enfermedad evitada y un paso hacia el futuro.


Las familias pueden hacer mucho: revisar la cartilla de vacunación, acudir a los centros de salud y exigir el acceso a las vacunas. La ciudadanía también debe involucrarse: la salud pública se construye con responsabilidad colectiva.


Porque cuando un niño no se vacuna, todos estamos en riesgo. La inmunidad es una red que nos une… y su fuerza depende de cada uno de nosotros.


Conclusión: México puede volver a ser ejemplo


México fue líder mundial en vacunación, y puede volver a serlo. Pero para lograrlo, se necesita acción inmediata, compromiso ciudadano y visión de largo plazo.


Vacunar es proteger, es cuidar, es amar. Y en esta misión, todos tenemos un papel que cumplir.

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