Salud Mental: El tema del que ya no podemos seguir callando
- saludpublicadigital
- 2 oct 2023
- 3 Min. de lectura
Hablar de salud mental no es una moda, es una necesidad urgente. En un país donde el suicidio se ha colado entre las principales causas de muerte juvenil, abrir el diálogo, escuchar, comprender y actuar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Hoy, más que nunca, debemos derribar mitos, eliminar estigmas y ponerle rostro humano a esta crisis silenciosa.
¿Por qué aún se estigmatiza la salud mental?
“Si vas al psicólogo, es porque estás loco”. Esa frase, aún tan común, revela el profundo desconocimiento social sobre lo que realmente significa cuidar de la salud mental.
La realidad es clara: todos, en algún momento de la vida, podemos enfrentarnos a desafíos emocionales o psicológicos. Ansiedad, depresión, angustia… no discriminan. Y no, esto no te convierte en una persona "loca", sino en un ser humano que necesita atención, al igual que quien acude al médico por un resfriado o una fractura.
No confundamos los términos
Es importante aclarar que los padecimientos psicológicos como la ansiedad o la depresión no son lo mismo que trastornos psiquiátricos graves como la esquizofrenia. Estos últimos requieren atención especializada y, muchas veces, hospitalización. Pero en ambos casos, el primer paso es el mismo: reconocer la necesidad de ayuda y buscarla sin miedo ni vergüenza.
Suicidio: la otra pandemia silenciosa
Decirlo con todas sus letras: el suicidio es prevenible.
Aunque la creencia popular sostiene lo contrario —que ocurre por impulso, que no puede detectarse a tiempo, que es inevitable— estos mitos son falsos y peligrosos.
La mayoría de las personas que enfrentan pensamientos suicidas dan señales: cambios en el comportamiento, aislamiento, desesperanza. Lo que muchas veces no encuentran es alguien que escuche o instituciones accesibles y humanas que les ayuden a cambiar el rumbo de su historia.
En México, el suicidio se ha incrementado un 50% en la última década.Ya figura entre las cinco principales causas de muerte en personas de entre 10 y 34 años.
Escuchar para entender: la voz de la calle
Salud Pública Digital salió a las calles para escuchar lo que piensa la gente sobre salud mental. El resultado fue un caleidoscopio de emociones, reflexiones y verdades que no siempre se dicen en voz alta:
“Tras la pandemia, mucha gente quedó emocionalmente lastimada. No sólo los jóvenes, también adultos mayores enfrentan cambios hormonales, físicos y psicológicos que no saben cómo manejar.”
“La salud mental también es física. ¡Hay que caminar! Eso ayuda a mantener el cuerpo y el alma activos.”
“Tener un propósito, un proyecto, algo que mueva el alma… eso es salud mental.”
“A veces nos enfocamos en cosas triviales y nos olvidamos de cuidarnos por dentro. No se trata sólo de sobrevivir, sino de vivir bien.”
Estas voces anónimas nos recuerdan algo esencial: todos tenemos una historia, y todos merecemos ser escuchados.
El suicidio entre jóvenes: cifras que duelen
De acuerdo con la OMS y reportes de la UNAM:
El suicidio es la cuarta causa de muerte en niños de 10 a 14 años.
Y la tercera entre jóvenes de 15 a 24 años.
Las muertes por suicidio afectan desproporcionadamente a los hombres, aunque la prevalencia de trastornos psicológicos es mayor en mujeres.
Entre los factores de riesgo más frecuentes destacan:
Consumo de sustancias a temprana edad
Acceso ilimitado a redes sociales
Abuso sexual y acoso escolar
Abandono o violencia familiar
“Contagio social” (imitación de conductas suicidas)
¿Y ahora qué podemos hacer?
Septiembre es el mes en que se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. Sin embargo, el problema no puede limitarse a una fecha en el calendario.
Lo que se necesita es una respuesta integral y constante, que incluya:
Acceso a servicios de salud mental públicos y privados
Atención oportuna por parte de profesionales
Campañas de sensibilización en escuelas, centros de trabajo y hogares
Red de apoyo social que escuche y acompañe sin juzgar
¿Tú qué puedes hacer?
Habla. Escucha. Comparte. Acompaña.
Ofrecer una mano, una conversación o simplemente estar ahí puede significar la diferencia. Porque todos necesitamos, en algún momento, que alguien esté dispuesto a escucharnos.
Hacer de la salud mental un derecho, no un privilegio
La crisis de salud mental y el aumento alarmante de los suicidios no pueden seguir siendo ignorados. Es momento de reconocer que la salud mental es parte esencial del bienestar humano, y que atenderla salva vidas.
Hablemos. Acompañemos. Exijamos políticas públicas. Pero, sobre todo, humanicemos la conversación. Porque nadie está exento, y todos podemos hacer algo.
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