¿Por qué nadie quiere estudiar Salud Pública en México? La carrera vital que muchos aún ignoran
- saludpublicadigital
- 17 mar
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 ago
En plena era de pandemias, crisis sanitarias globales y desafíos medioambientales, la Salud Pública debería estar en el centro de atención. Y sin embargo, en México, son pocos los estudiantes que eligen esta disciplina como camino profesional. ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué esta carrera tan crucial sigue siendo ignorada por la mayoría? En este artículo, desentrañamos las causas del desinterés y proponemos un mapa claro para recuperar su valor en la sociedad.
La gran ausente: ¿Qué es realmente la Salud Pública?
Mientras muchos jóvenes se inclinan por la medicina clínica, enfermería o carreras tecnológicas emergentes, la Salud Pública pasa casi desapercibida. ¿Por qué? En gran medida, por desconocimiento.
Muchos aún no comprenden que un profesional de Salud Pública no solo trata enfermedades: las previene. No atiende a un solo paciente, sino que protege a miles, incluso millones, a través de programas, políticas y estrategias de prevención.
Desde la vacunación hasta la planificación de políticas sanitarias, pasando por la gestión de pandemias, la Salud Pública actúa detrás de escena... pero su impacto es monumental.
Sin glamour, sin visibilidad
Uno de los mayores problemas es la percepción de falta de impacto directo. Mientras un cirujano puede mostrar resultados inmediatos, el trabajo de un salubrista es más silencioso, más colectivo, y eso, para muchos estudiantes, lo vuelve menos “atractivo”.
A esto se suma la falta de visibilidad en medios y en la educación formal. Muy pocos jóvenes escuchan hablar de la carrera antes de llegar a la universidad, y cuando lo hacen, a menudo es tarde para considerarla seriamente.
El peso del bolsillo: las barreras económicas
Una realidad innegable: los salarios iniciales en Salud Pública suelen ser más bajos en comparación con otras ramas de la salud. Para muchos estudiantes, este solo hecho basta para tachar la carrera de su lista de opciones.
Y si a eso sumamos la falta de infraestructura adecuada y condiciones de trabajo que a menudo implican contextos complejos —como comunidades marginadas o crisis sanitarias—, el panorama se complica aún más.
Carreras del futuro vs. Salud Pública: una falsa dicotomía
Vivimos en una era donde la tecnología marca el rumbo. Carreras como biotecnología, programación en salud o ingeniería biomédica son vistas como más “modernas”. La Salud Pública, en cambio, carga con el estigma de ser menos innovadora.
Pero esta idea está completamente equivocada. Hoy más que nunca, la Salud Pública se apoya en el análisis de datos, la inteligencia artificial, la salud digital y el uso de plataformas tecnológicas para promover el bienestar colectivo.
Un modelo individualista que limita la visión colectiva
La cultura médica dominante en México sigue priorizando la atención individual, olvidando que sin prevención y políticas públicas sólidas, el sistema colapsa. Esta visión individualista de la salud, centrada en la consulta, el diagnóstico y el tratamiento, ha dejado en la sombra a quienes trabajan desde la prevención y la acción comunitaria.
¿Y si cambiamos el enfoque? Estrategias para despertar el interés
Cambiar esta realidad es posible. Pero requiere voluntad, creatividad y acción coordinada. Aquí algunas estrategias clave:
Campañas de visibilidad
Mostrar historias reales de éxito. Profesionales que han transformado comunidades enteras. Salubristas que han liderado respuestas ante pandemias. Héroes anónimos que salvan vidas a gran escala.
Educación temprana
Incorporar temas de salud pública en las aulas desde la primaria. Sembrar curiosidad y conciencia desde la niñez.
Revalorar lo multidisciplinario
Demostrar que la Salud Pública no es solo para médicos. También es para sociólogos, economistas, comunicadores, psicólogos, politólogos… Es un campo abierto a todas las disciplinas con un enfoque social.
Modernizar la oferta académica
Actualizar la currícula con temas actuales como salud ambiental, cambio climático, análisis de datos, o telemedicina. Además, implementar modalidades de estudio flexibles, como programas en línea o híbridos.
Incentivos reales
Ofrecer becas, programas de mentoría y alianzas laborales con organismos públicos, ONGs y organismos internacionales. Hacer de la carrera una opción viable y atractiva desde el punto de vista profesional y económico.
Tecnología, medios y redes: los grandes aliados
Organizar hackatones de innovación en salud, lanzar campañas virales en redes sociales, producir documentales, podcasts o series que muestren los retos y logros de la Salud Pública… Todo suma para hacer visible lo invisible.
Además, crear redes de mentoría y comunidades de profesionales conectados puede ofrecer apoyo, guía y motivación a quienes inician su camino.
La Salud Pública necesita un lugar al frente
No se trata de competir con otras profesiones de la salud, sino de reconocer el valor incalculable de prevenir antes que curar.
La Salud Pública es una vocación, pero también debe ser una opción profesional atractiva, visible, innovadora y bien remunerada. El bienestar de millones depende de que más jóvenes la elijan con orgullo y convicción.
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