¿"Un traguito no hace daño"? La ciencia dice todo lo contrario
- saludpublicadigital
- 30 mar
- 3 Min. de lectura
Durante décadas nos han repetido que beber con moderación es inofensivo. Pero la ciencia más reciente lo desmiente rotundamente. En este artículo, desmontamos los mitos más comunes sobre el alcohol y revelamos el verdadero impacto que tiene en la salud pública, con cifras contundentes y verdades que muchos prefieren ignorar.
El mito del consumo moderado: ¿harmless o altamente dañino?
“Tomar con moderación no hace daño” es una de esas frases que repetimos sin cuestionar. Suena lógica, hasta reconfortante. Pero ¿y si te dijéramos que no es cierta? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no existe una cantidad segura de consumo de alcohol. Así de claro.
El alcohol no solo es una droga socialmente aceptada, también es un carcinógeno comprobado, asociado a siete tipos de cáncer, incluyendo los de boca, garganta, hígado, mama y colon. Y el riesgo aumenta desde la primera copa.
Cifras que no dan lugar a dudas
La magnitud del problema es alarmante:
20 millones de personas en México padecen trastornos relacionados con el alcohol.
Cada año, 39,000 mexicanos mueren por causas vinculadas a su consumo.
El 60% de los pacientes en hospitales psiquiátricos presentan trastornos derivados del alcohol.
Pero las cifras no terminan ahí. El consumo excesivo de alcohol también está relacionado con:
Accidentes de tránsito
Violencia doméstica
Ruina económica
Depresión, suicidio y criminalidad
Y sí, el alcoholismo sigue creciendo especialmente entre los jóvenes, una generación que enfrenta las consecuencias sin estar completamente informada.
El alcohol y la salud mental: un binomio peligroso
El vínculo entre el alcohol y los trastornos mentales es profundo. A menudo se convierte en una salida fácil ante la ansiedad o el estrés, pero sus efectos a largo plazo son devastadores: empeora los cuadros depresivos, incrementa el riesgo de suicidio, y en muchos casos se convierte en la raíz de trastornos psiquiátricos severos.
¿Y el famoso “vinito” en la cena? Tampoco se salva
Especial atención para las mujeres: incluso el consumo considerado “leve”, como una copa de vino ocasional, incrementa el riesgo de cáncer de mama. Este riesgo se potencia si el consumo comenzó durante la adolescencia, una etapa clave para el desarrollo mamario.
Y para los hombres, las noticias tampoco son alentadoras: estudios recientes ya vinculan el cáncer de próstata con el consumo de alcohol, incluso en niveles bajos.
¿Qué están haciendo otros países? Y… ¿México?
Algunos gobiernos ya están actuando:
Irlanda implementará en 2026 un etiquetado de advertencia en bebidas alcohólicas.
Corea del Sur ya lo aplica desde hace tiempo.
¿Y México? Aquí, la industria del alcohol bloquea regulaciones que afectarían sus intereses económicos. Algo similar ocurrió en Estados Unidos, donde se descubrió que la industria financió estudios para minimizar los riesgos del consumo.
¿Qué piden los expertos?
Frente a esta situación, los especialistas son tajantes:
Implementar etiquetado de advertencia en todas las bebidas alcohólicas.
Cambiar la percepción cultural sobre el alcohol.
Beber no es un símbolo de éxito, adultez ni celebración. No todo lo que es socialmente aceptado es inocuo. Toca replantearnos nuestros hábitos y creencias.
Una verdad incómoda pero necesaria
El alcohol no es un mal menor. Es una de las principales amenazas a la salud pública global, y su normalización solo agrava el problema. No se trata de moralismos ni prohibiciones extremas: se trata de información clara, basada en evidencia científica.
Hoy sabemos más que nunca sobre los daños del alcohol. Y con ese conocimiento viene la responsabilidad de actuar.
¿Y tú qué opinas? ¿Sigue siendo “inofensivo” ese traguito de siempre?
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